Reflexiones y conclusiones finales
Tras haber reflexionado sobre cada una de las mesas y las aportaciones que cada unx de lxs miembrxs han mostrado en las mismas, he comenzado a pensar en el punto donde estaba y dónde me encuentro ahora en mi profesión dentro del campo de las artes escénicas inclusivas.
En primer lugar, me gustaría destacar un concepto que ha ido repitiéndose durante casi todas las mesas y es el empoderamiento de lxs artistas diversxs ya que lo considero fundamental para conseguir que el trabajo de las diferentes instituciones y artistas que trabajan de manera independiente, pueda llegar a extenderse y sobre todo, a llegar a la sociedad a través de arte, de su propio arte, desarrollando aquellos temas que consideren realmente de interés y que sea un arte creado por artistas diverxs para un público diverso o general. Este concepto está directamente ligada a la importancia que tienen las instituciones públicas y privadas en trabajar activamente en el concepto de sociedad inclusiva y más concretamente para que, los especialistas, dejen de ver la diversidad desde un punto de vista médico, imponiendo de primeras las cosas que las personas diversas pueden o no hacer desde un paradigma médico que, en la mayor parte de los casos, delimita más que informa. Por ello, las instituciones dedicadas a la diversidad, y aún más en el arte, deben continuar con la erradicación de los estigmas sobre la diversidad: desde infantilizar a las personas con diversidad hasta decir qué pueden o no hacer.
Otro concepto que ha aparecido en casi todas las mesas ha sido el de inclusión; sustituido en algunos casos por un término que me parece fascinante: expansión. Creo que es más interesante empezar a transformas espacios emergentes de inclusión y crear otros nuevos, basados en valores donde la diversidad sea concebida desde un punto positivo y expansivo y donde los “patrones” desaparezcan; es más interesante abrir puertas a la novedad y a la posibilidad que a intentar encasillar a todxs en un mismo molde, sea más o menos flexible. En el campo concreto del arte inclusivo (o arte contemporáneo general como han nombrado algunxs invitadxs) creo que nos encontramos en ese momento de cambio, de reinvención de conceptos. Es indudable que durante muchos años, lxs artistas con diversidad y las instituciones han estado combatiendo por dar voz a la diversidad a través del arte, concepto que más tarde cambió hacia una “normalización” o “inclusión”, pero considero que, en la medida de los posible, deberíamos empezar a crear y creer un punto de vista mucho más centrado en el arte inclusivo con un discurso que sea válido y óptimo por sí mismo y que permita erradicar todos estigmas que todavía arrastran lxs artistas e instituciones dedicadas a este campo. Lo que es indudable es que estamos sembrando un germen donde no sólo el arte está cambiando a las personas con diversidad, el arte se está transformando gracias a ellxs hacia nuevas metodologías de enseñanza y creación.
No debemos olvidar nunca, la importancia que tiene tampoco el extender el arte y la cultura a toda la sociedad no únicamente desde un punto de vista profesional, puesto que tanto con personas con diversidad como sin diversidad, el arte educa, transforme y destruye muros para dar alas para la libertad de pensamiento y eso puede ser aplicado en cualquier colectivo, en especial en aquellos donde deban fortalecerse valores humanos o donde el arte pueda servir como una herramienta de evasión; por ello, es necesario transformar también los espacios, para que puedan ser accesibles a toda la comunidad y para que todxs lxs miembrxs puedan disfrutar del mismo. Esto está ligado directamente con la importancia de la accesibilidad y cuán urgente es hacer responsable a las administraciones públicas y privadas y organismos políticos de crear una sociedad accesible para todxs las personas; concretamente en el arte, como han destacado varixs participantes: la adaptación de las barreras arquitectónicas, la adaptación de las obras con audio descripción y subtitulado o la incorporación de sesiones para públicos “especiales”. Como se ha destacado durante una de las mesas “no sirve de nada hacer espectáculos adaptados si no se pueden poner en escena”.
Todo esto me lleva a pensar, de nuevo, cuántas cosas quedan por hacer concretamente en mi país, España y el país donde resido, Francia. No podemos seguir encasillando el arte en moldes que ya están completamente rasgados: debemos avanzar y permitir que el arte se libere y expanda y hacer a las instituciones responsables de este cambio; a las instituciones y a lxs propixs artistas, ya que para conseguir que el arte inclusivo sea arte expansivo, en primer lugar, deberíamos mirar la creación artística desde un punto contemporáneo. Me quedo con la idea y con la motivación de que, en diferentes puntos del mundo, muchxs estamos remando en el mismo barco y, aunque quizás no hacia el mismo puerto, la gran mayoría compartimos una serie de valores y pensamientos que nos acercan a querer mirar la sociedad de una manera nueva y diferente y a deconstruir, a través de nuestro bien más preciado el arte, un nuevo mundo donde conseguir esa “utopía de la inclusión”: donde todxs seamos libres y donde las barreras y muros sólo sean pruebas para poder superar en grupo o en equipo.