Formación en personas con discapacidad en las artes escénicas
Reflexión y conclusiones
Reflexión y conclusiones
Comenzaré mi reflexión, diciendo que esta mesa para mí, era particularmente de interés puesto que desde el año 2015 he trabajado activamente en contextos de diversidad y en contextos “ordinarios”; posteriormente, gracias a la oportunidad del proyecto SHIFT DANCE en el cual formé parte, me di cuenta de cuán complicado es hablar de una formación que no limite a personas en su práctica; si bien es cierto que existen metodologías contemporáneas que se basan en la “anatomía humana” (puesto que muchas quedaría descartadas al utilizarlas en personas con diversidad), también me di cuenta de la necesidad de buscar ciertos aspectos que consigan crear una metodología basada no en pasos, sino en una filosofía en común. Al hablar de arte inclusivo y como he visto reflejado en esta mesa, cada entidad trabaja de una manera más o menos experimental, aunque existen ya metodologías específicas como podrían ser la metodología de Candoco Dance Company basada en la improvisación en el campo dancístico; lo que está claro es que la diversidad aborda un abanico enorme de posibilidades y por tanto, no se puede hablar de una técnica artística, sino de una metodología que está en proceso de formalización y que, seguramente en unos años, gracias a la investigación y al empoderamiento de artistas diversxs, establecerá su propio campo de estudio.
Lo más importante para conseguir esto, como destacaba Itzel es el reconocimiento; conseguir que las personas con diversidad sean vistas como una fuente artística capaz de conseguir expresar y llegar a eso tan fantástico que Marta destacaba, lo particular y lo propio del ser humano. Como decía Lorena: “el arte es cuerpo y tenemos el universo posible” y creo que así es, tenemos un futuro por delante para seguir construyendo bases estables y sobre todo, para empoderar a artistas diverxs que sigan demostrando la esencia del arte y el ser humano en la escena. También destacar algo muy importante que a mí me fue, particularmente difícil durante mi tesis doctoral, y es encontrar qué criterios conforman un profesional y cómo conseguimos que lxs artistas y las compañías inclusivas sean vistas como profesionales y no como amateurs; los números o condiciones suelen ser muy relativos si hablamos en el campo artístico y tremendamente fríos si hablamos en términos legales o jurídicos. Sin embargo, ella habla de una idea “considerar un artista profesional por tener un título” , algo en lo que actualmente estoy trabajando y que para mí es fundamental: la inclusión de futuros artistas diversxs en los centros de enseñanzas artísticos de carácter público como ya existen en España en el campo de la música y el teatro (aunque en algunas Comunidades Autónomas concreta) y que, todavía dista años luz de conseguirse en el campo de la danza en España.
Para finalizar, me quedo con una idea que seguiré incentivando en mis alumnxs y es qué consigue desarrollar la danza en ellxs y hacia dónde quieren dirigirse con su práctica, ya sea dentro o fuera de un escenario y sobre todo, seguir empoderando esos cuerpos, mentes y espíritus de luz, para que puedan brillar en los escenarios y en la vida diaria.