Creo que precisamente en esta obra, la inclusión de elementos que favorezcan la accesibilidad, en mi caso personal y casi egoístamente,  para mí la audio descripción entorpecía la experiencia sonora. Por otro lado, volvemos a encontrar este “qué hacer” de personas sin diversidad a personas con diversidad, algo que me cuestiono mucho desde hace tiempo. Siento decir que no conecté con el discurso de la misma, ya que el discurso narrativo tampoco lo encontré claro y las adaptaciones para la accesibilidad, con una intención no dudo buena, me hacían desconectarme más que introducirme, quedándome un poco descafeinado tras verla.

En esta obra, al contrario de lo que me sucedió con “Di-versos” sí sentí que los sistema de accesibilidad componían la escena y la enriquecían a través de una obra que invita al espectador a reflexionar sobre cómo los recursos de accesibilidad en combinación con el arte, en este caso con recursos poéticos, puede convertirse en una “obra de arte total”. Me quedé con la idea de pensar en cómo mi vista captura imágenes y cómo mi oído graba los sonidos externos y con el corazón lleno de querer seguir experimentando y reflexionando sobre esto.

La poética de la lengua de signos como un elemento más de la obra. Estuve pensando después de la obra si realmente este fue el objetivo de sus creadorxs, raramente se pueden ver obras donde la lengua de signos sea el elemento compositivo en sí de la obra. Por otro lado, se plantea un nuevo sistema que abre puertas a un lenguaje artístico de exploración y sobre todo, a un público que puede disfrutar de una obra, pienso en grupos de jóvenes sin audición que puedan disfrutarla y querer investigar en este campo artístico y sobre todo, empoderar su lenguaje desde el arte y su visión del mundo desde el arte.

Esta obra ya había tenido la suerte de verla en directo, por parte de mis compañerxs de Escena Mobile y volvió a transmitirme casi lo mismo: la importancia de reconocer la sexualidad como una parte fundamental del ser y lo implícitamente diversa que la misma puede ser en todos los seres humanos. Lo que más me gusta siempre de esta obra es, además de su excelente fotografía y dirección, la facilidad que tuve de conectar con ella desde el primer momento y cómo se consiguieron despertar en mí preguntas propias como: ¿es realmente el ser humano tan sexual o somos nosotros mismxs los que intentamos acallarlo? Sin duda, esta obra para mí es un grito a la diferencia desde un punto de vista erótico y divertido, que abre además la puerta de un tema casi tabú en la sociedad española, la sexualidad en la diversidad, a través de artistas que son en sí mismxs lxs protagonistas y que pueden tener una opinión propia sobre este campo, y que permite  a lxs espectadorxs a reflexionar sobre nuestro cuerpo, el erotismo, y la diversidad.